Las mujeres creyentes anhelamos hombres que vivan su rol bíblico.

 Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada. Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios.  Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza  de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios.  Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora.  Y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.  Porque en esperanza hemos sido salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?

Romanos 8:18-23

Cada día tristemente nos toca escuchar y ver “malas noticias”, en redes sociales diariamente circulan comunicados de personas extraviadas, violentadas y otras más  muertas, además también nos ha tocado ver a  otros más que exigen la libertad de dar muerte a sus hijos en sus vientres. 

No solo eso, si no que nos ha tocado vivir una pandemia mundial y específicamente en este año despertamos diariamente con la noticia de un nuevo fenómeno meteorológico en formación, sin duda alguna nuestro mundo está atrapado  en un ciclo continuo de muerte y descomposición, contemplamos a un mundo que gime, y no podemos negar que todo esto nos ha golpeado como sociedad, y ha permeado también nuestras iglesias, vemos personas que viven sin esperanza y sin paz.

Aunque cada creyente es llamado a cumplir con la gran comisión, de ser sal y luz, nosotras las mujeres  cristianas anhelamos ver  que  cada hombre en nuestras iglesias  se levante como un embajador del reino en la tierra.

En el campo misionero el porcentaje de mujeres que son enviadas es mucho mayor al de los hombres,  vemos también que en nuestras iglesias, que  el porcentaje de mujeres que son creyentes activos  casi siempre supera al porcentaje de hombres, y en muchas otras el cuerpo de liderazgo es principalmente de mujeres; Esto no quiere decir que sea pecaminoso o que las cosas no saldrán bien, pero específicamente Dios al momento de la creación y en su sabiduría de un diseño divino, dotó al hombre con un perfil de liderazgo y aunque esto es así por voluntad de Dios, vemos que no es algo palpable en nuestras iglesias.

Nosotras tenemos alrededor de 12 años de habernos entregado al Señor, pero toda una vida asistiendo a la iglesia y no podemos decir que no nos ha tocado ver esto en la nuestra, es por ello que nosotras y sabemos que también es el deseo de muchas mujeres creyentes ver la revelación de los hijos de Dios en todo hombre que nos rodea. 


Anhelamos ver hombres que se levanten en contra del pecado y la vanidad, que confronten lo malo y desenmascaren el error y la mentira (Génesis 3:11-19) 

Deseamos  que cada hombre en nuestra congregación  se encuentre presente no solo físicamente, si no de igual forma comprometidos con su mente y su corazón. (Mateo 22:37-39)

Queremos ver hombres que sepan que está pasando en sus hogares, con sus hijos, en la iglesia local, en la vida de los jóvenes, de las viudas, de las madres solteras y de sus hijos. (Santiago 1:27) 

Necesitamos hombres que tomen en serio el liderazgo bíblico dado por el Señor,  así con la responsabilidad de cuidado y trabajo (1 Pedro 3:7) (1 Timoteo 5:8) 

Ansiamos ver hombres adultos que modelan y enseñan a esos niños y jóvenes que vienen detrás de ellos. (2 Timoteo 2:2)

No solamente nosotras lo deseamos, nuestras iglesias lo necesitan, la sociedad lo necesita,  al día nos hemos comprometido a orar para que todos los hombres que rodean nuestras vidas, puedan vivir piadosamente y cumplir ese diseño en sus vidas.

¡Anhelamos la revelación de los hijos de Dios!

Nikol Pineda y Edit Collí

Discípulas, mejores amigas y colaboradoras en el ministerio.

Ministerio de mujeres IBI

El feminismo, un recuerdo del llamado de todo creyente

Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo*a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos. Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.

Mateo 9:35-38 LBLA

El Feminismo expone  problemas reales de este mundo caído y si bien no compartimos las soluciones que este movimiento da, es nuestro llamado como Iglesia, tener compasión de toda persona que ha sido violentada y de cada muerte resultante de esa violencia, somos llamados a actuar como Cristo: “Viendo a las multitudes, tuvo compasión de ellas, por que estaban angustiadas y abatidas. Estamos llamados a dolernos de la maldad y sufrir con los que sufren. (Rom 12:15)

Durante el tiempo de la iglesia primitiva, podemos observar que es justo la misma iglesia quien se encarga de las viudas, es el momento histórico  donde se instituyen los diáconos, no cómo una actividad más, ya que la elección de estos hombres se hace de una manera cuidadosa y especial, la atención a ese grupo vulnerable era de suma importancia como podemos fijarnos. 

Aunque es verdad que son muchas las iglesias que abren cada domingo los brazos para recibir a las personas sin importar cómo llegan a nuestras iglesias, también es verdad que podemos ser reacios, indiferentes y hasta escépticos del dolor de la sociedad que nos rodea.

Probablemente tú, que nos estás leyendo te sientes vulnerable ante tanta maldad en este mundo, o incluso has sido víctima del dolor y la violencia, y si es así te invitamos a pedir ayuda en tu Iglesia local, confiamos en que Dios nos ha preparado para este tiempo y con más razón, es el momento de que como creyente puedas llevar el consuelo que puedes hallar en Jesús, de que tu iglesia local comience a preocuparse por todos aquellos que sufren, tú como nosotras has recibido ese llamado de:

Aprendan a hacer el bien, Busquen la justicia, Reprendan al opresor, Defiendan al huérfano, Aboguen por la viuda. Isaías 1:17 


¿Qué mejor que ser utilizadas por Dios para consolar a otros, así como Jesús nos ha consolado? 

Es nuestro deseo y nuestra oración que seas parte del cambio, que seas parte de ese grupo de hermanas que doblan sus rodillas por todas aquellas mujeres vulnerables en nuestro estado, en nuestro país y del mundo, pero también que las oraciones se conviertan en acciones que movilicen a tu iglesia local a servir, a cuidar, a consolar y sobretodo a guiar a aquellos que sufren a los pies de la cruz.

No te pierdas las conferencia Diseñados para Su Gloria que estará tratando sobre la perspectiva bíblica a la feminidad y masculinidad, la familia y los roles de género. Unéte en https://www.facebook.com/ibimerida/live y en https://www.youtube.com/c/ibimerida

Nikol Pineda y Edit Collí

Discípulas, mejores amigas y colaboradoras en el ministerio.

Ministerio de mujeres IBI



Conforme a la gracia que nos ha Sido Dada

Hoy en día, es mucho más visible la participación de las mujeres en los ministerios, incluso diría que algunos líderes, temen no incluir mujeres dentro de las filas del ministerio y ser tachados de machistas. ¿Es tu género lo que define tu capacidad o habilidad para  servir en la iglesia?

La realidad es que a la luz de la palabra, podemos ver que el señor nos llama a hombres y a mujeres, en virtud de la gracia que nos ha sido dada, a servir. Así es, el señor nos llama con dones específicos pero que en su conjunto nos hace un cuerpo en Cristo  ¿Esto permite que, cómo mujeres, poder servir en los mismos “puestos” que los varones? Esta pregunta tiene una respuesta amplia, pero para tener más luz mira lo que el Ps. Miguel nuñez dice en  su libro “Revolución Sexual”:


“La mujer [...], exhibe características distintas a las del hombre, pero que de igual manera hallamos en el Señor. [...] Ella es quien mantiene las conexiones interpersonales, la influencia y la compasión.” 

Pág 21 


Primero, Debemos darnos cuenta que todos somos iguales en esencia ( la imagen de Dios ha sido implantada en nosotros, checa Gen 1:26-27), independientemente de nuestro trasfondo, nuestras habilidades, etc. El evangelio nos muestra que nadie debe tener un concepto más alto de nosotros del que debemos tener,  nuestra salvación no ha sido por nosotros, de hecho ha sido a pesar de nosotros gracias al sacrificio de nuestro Salvador. 

El evangelio nos recuerda también que no debemos tener un concepto más bajo del que debemos tener, nuestro valor lo ha determinado nuestro Salvador, y en múltiples partes de la Biblia podemos ver como el mismo Señor Jesucristo nos llama sus amigos, y sus hermanos. 


Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí que lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno.Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros.Pero teniendo dones que difieren, según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos 

(Romanos 12:3-6a LBLA)

Lo segundo que debemos tomar en cuenta es que Dios nos ha dado múltiples dones, todos hemos sido salvos, pero no todos hemos sido dotados con las mismas habilidades, la importancia de esto es que no debemos olvidar que han sido dados según la gracia que se nos fue otorgada por Cristo. 

Las mujeres tenemos virtudes que los hombres no poseen y viceversa, eso nos hace enriquecer el ministerio, desde nuestro precioso rol y trabajar en equipo en un mismo cuerpo, con diferente función, Somos llamadas a estudiar la palabra cada día, a morir al pecado, a vivir en santidad y a usar los dones que Dios nos ha dado. Tu llamado va más allá de una “posición” en la iglesia, incluso cuando no lo tengas.

Piénsalo, si todos fuéramos 'pies' ¿quién dirigiría el camino?

Sin importar cuál sea mi género, mi edad, mi estatus social, mi personalidad,  hemos sido llamados a tener un concepto de nosotros mismos bajo la mirada del evangelio, y hemos sido llamados a usar los dones dependiendo de la gracia que nos fue otorgada.

No te pierdas las conferencia Diseñados para Su Gloria que estará tratando sobre la perspectiva bíblica a la feminidad y masculinidad, la familia y los roles de género. Unéte en https://www.facebook.com/ibimerida/live y en https://www.youtube.com/c/ibimerida

Nikol Pineda y Edit Collí

Discípulas, mejores amigas y colaboradoras en el ministerio.

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El llamado a ser una mujer virtuosa

Hay muchas mujeres virtuosas y capaces en el mundo,

¡pero tú las superas a todas!». El encanto es engañoso, y la belleza no perdura,

pero la mujer que teme al Señor será sumamente alabada.

Proverbios 31:30-31

Hace poco más de 4 años conocí a Cristo como mi Salvador. Antes de ello, confieso que mi visión de lo que la Biblia dice de mí como mujer, estaba basada en la ignorancia y, por tanto, solía dar cierta validación a esas voces que hoy continúan insistiendo en que el Dios del cristianismo es una maquinación de los hombres que buscan mantener a las mujeres alejadas de su “realización personal”.

Fue hasta que empecé a estudiar la Palabra que noté que todas esas voces de fuera estaban equivocadas. Y así, encontré uno de mis pasajes favoritos: Proverbios 31:10-31, el cual habla sobre lo que es una mujer virtuosa. Si bien entre los creyentes suele ser un texto bastante conocido, para quien aún no conoce al Señor, éste puede no ser familiar.

Dicho pasaje nos da luz acerca de la mujer hecha conforme la voluntad de Dios, un poema a aquella que, como dice el texto en su versión original en hebreo, es tan rara – difícil de encontrar – y tan preciada como el rubí, piedra preciosa considerada en algunas culturas antiguas “la reina de las gemas”.

La mujer virtuosa, descrita con la palabra hebrea chayil, nos habla de una mujer fuerte, valiente, capaz y con poder para actuar para la Gloria de Dios. Es una mujer que ha sido bendecida por Dios con una impresionante serie de características y habilidades, las cuales pone a Su servicio en todos los ámbitos donde ha sido llamada a desenvolverse:

  • Está a cargo tanto de la administración de su casa (v.15, 27) como de una empresa (v.16, 18).

  • Hace ciertas cosas con sus propias manos (v.13, 19, 22, 24) y también delega y supervisa para que otras sean realizadas (v.15, 16).

  • Planifica a corto y largo plazo para garantizar el bienestar de su familia (v.18, 21), y vela por ello incesantemente.

  • Es sabia y amable con quienes le rodean y trabajan para ella (v.26).

  • Comparte el fruto de su trabajo con quienes lo necesitan en su comunidad (v.20).

Esta mujer virtuosa es una persona en quien se puede confiar, su sabiduría y su prudencia son la mayor de sus riquezas y tienen un impacto tanto en su familia como en la sociedad en la que vive. Su corazón emana la misericordia de nuestro Señor, pues tampoco se olvida de quienes se encuentran en necesidad, de aquellos que anhelan experimentar genuina bondad.

Sin embargo, lo que marca una gran diferencia entre ella y lo que escuchamos en nuestro día a día, es que el motor de sus proezas es el temor a Dios reflejado en todo lo que hace. Para esta mujer, ni sus hijos ni su esposo son una carga o un obstáculo, mucho menos ella es concebida de esa forma hacia el interior de su casa; por el contrario, la mujer virtuosa se realiza con y para su familia, y cada uno de sus actos hacia ellos y hacia las personas de su comunidad, dan testimonio de la gloria de Dios.

Con una antigüedad aproximada de 2920 años, este pasaje resume y exalta los diferentes roles que el Señor ha creado para las mujeres: hijas, esposas, madres, estudiantes, educadoras, obreras, administradoras, empresarias, entre muchas otras más. Él nos ha puesto dentro y fuera de nuestras casas para ser luz, para que el mundo le conozca y le reconozca a través de nuestras vidas.

Así como Rut, quien de hecho se piensa pudo haber inspirado este pasaje (Rut 3:11), la obediencia y el temor a Dios es la garantía de honrarle en todo lo que hacemos y en el lugar en donde nos encontremos; porque jamás habrá una tarea insignificante, o demasiado importante, que una mujer conforme la voluntad de Dios no desee hacer.

Como esposa y como profesionista, es un anhelo ser cada día más como esta mujer descrita en la Palabra: actuar en todo con amor y entrega, acompañada y motivada por mi familia, sabiendo que Dios me ha dado un propósito que no se compara con nada que yo hubiera podido pensar.

No te pierdas las conferencia Diseñados para Su Gloria que estará tratando sobre la perspectiva bíblica a la feminidad y masculinidad, la familia y los roles de género. Unéte en https://www.facebook.com/ibimerida/live

Mariana Pérez Herrera

Cristiana, esposa de Marco, psicóloga.

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